Vedijeras

DE LA OVEJA AL NIDO

vedija (Del lat. viticŭla ‘zarcillo’.)

1. f. Mechón de lana.

2. f. Pelo enredado en cualquier parte del cuerpo del animal.

3. f. Mata de pelo enredada y ensortijada.

huso (Del lat. fusus.)

1. m. Instrumento manual, generalmente de madera, de forma redondeada, más largo que grueso, que va adelgazándose desde el medio hacia las dos puntas, y sirve para hilar torciendo la hebra y devanando en él lo hilado.

“Siguiendo el rastro de los mechones de lana (vedijas) que quedan enredados en troncos, arbustos, cardos y otras plantas, podemos descubrir algunas de las múltiples relaciones que con otros seres vivos propician las ovejas. Vedijeras es una instalación y una serie de acciones colectivas (talleres, paseos, grabaciones de campo) con las que se trata de señalar cuán preciosos son esos mechones para los nidos de muchas de las aves que habitan Gordoncillo y sus alrededores y lo importante que es que los rebaños transiten por los campos y las cañadas que atraviesan nuestras tierras”. Susana Jiménez Carmona

1. Taller artesanal de “husos vedijeros”

Las “vedijas”, mechones de lana que sueltan las ovejas cuando salen a comer al campo y rascan su cuerpo contra la maleza, antaño formaban parte del paisaje natural de Gordoncillo, un pueblo ahora dedicado al vino y al cereal que antes fue ganadero (lo sigue siendo en menor medida, pero la ganadería ahora es intensiva y las ovejas, en lugar de salir al campo, permanecen estabuladas).

“La idea de este proyecto era mostrar los vínculos de las ovejas con los pájaros, porque los pájaros recogen esos mechones de lana que dejan las ovejas para sus nidos. Y los recogen aves muy diferentes, algunas muy pequeñas y modestas, como pueden ser los gorriones, verdecillos, verderones, jilgueros… y otras muy pequeñitas pero que son unas maestras trabajando la lana, como los pájaros moscones, que los hay también en la ribera de la zona, y que son aves que anidan en ribera, en chopos o en sauces, normalmente, que hacen unos nidos que cuelgan como bolsas y que tejen con sus picos… Pero también usan las vedijas otras aves tremendas como el quebrantahuesos, es decir, ¡que son muchísimas aves las que utilizan esa lana para sus nidos!”, nos explica Susana Jiménez Carmona, artista sonora andaluza que vive en Zamora y que, además de ser una apasionada de los pájaros, lleva tiempo trabajando con pastores y con ovejas.

Para entender un poco más el “taller de husos vedijeros” que Susana llevó a cabo en Gordoncillo, dentro del ciclo “Conexión primavera”, hay que ahondar un poco en la riqueza ornitológica de este pueblo situado en una Zona de Especial Protección para las Aves, privilegiada en cuanto al avistamiento de ejemplares muy diferentes y variados: avutarda, perdiz, golondrina, halcón peregrino, pájaro carpintero, abejaruco, abubilla, lechuza, zorzal, tórtola común, ruiseñor, oropéndola, alondra….

El hecho de que el término municipal esté vedado para la caza desde hace más de veinte años ha propiciado que los pájaros y otras aves silvestres se hayan multiplicado por doquier, recuperándose especies que en otras zonas de las estepas cerealistas no encuentran posibilidades de supervivencia y cría.

El pueblo alberga una gran variedad de espacios para la observación de aves, y cuenta con un Coto Fotográfico y rutas ornitológicas… pero lo que ya no tiene son ovejas pastando y triscando en el campo, por lo que han desaparecido aquellas “vedijas” que a las aves les sirven para abrigar el cesto de sus nidos. Ahora, en su lugar, lo que encuentran aves y pájaros son plásticos enredados por aquí y por allá.

“Cuando desde el MIHACALE me propusieron llevar a cabo este taller, lo primero que hicimos fue ir al colegio de Valderas, la localidad donde estudian los niños y niñas de Gordoncillo, para explicar a los alumnos de los distintos niveles en qué consistía este proyecto, contando la relación entre las ovejas y los nidos de pájaros. Pensábamos que estas cosas eran conocidas en el mundo rural… pero los estudiantes no sabían que los pájaros utilizan la lana para sus nidos, y la sorpresa para ellos fue ver los vellones de lana pura que llevamos, porque al principio no sabían qué eran”, recuerda Susana.

Contarlo en el colegio de Valderas, “explicar por qué queríamos hacer algo así en Gordoncillo, como aprovechar por ejemplo los restos de las podas de las viñas y fabricar ‘husos’ para enrollar la lana y dejarlos en el campo para que los cojan los pájaros, relacionar todo esto con las personas… hizo que los niños y niñas se interesaran muchísimo”.

El taller se celebró el 11 de marzo de 2023, sábado, por la tarde. Y desbordó las expectativas de participación, tal y como lo describe Susana: “Vinieron los niños y niñas que se habían apuntado, pero también gente de León, de Valladolid… Y de repente empezaron a aparecer vecinos del pueblo —porque lo que he descubierto es que, en los pueblos, la gente no se apunta, sino que aparecen, se asoman, y si les gusta se quedan, y si no se van— y allí había más de 30 personas, desde niños muy pequeños y algún adolescente a padres y personas muy mayores, aunque fueron llegando más y más a lo largo de la tarde”.

Para Susana, realizar un taller así en un lugar como Gordoncillo tiene mucho sentido, puesto que sirve para “fomentar el conocimiento de las preciosas relaciones que tejen las ovejas y ayuda a que se preste atención a las aves que nos rodean”.

En el taller se trabajó, por un lado, la lana pura de las ovejas, y por otro los husos que antaño servían para hilar la lana, y que en este caso servirían para enrollarla a la manera de vedijas y dejarlos después en distintos lugares, para que los pájaros pudieran tomar mechones con sus picos y llevárselos para la construcción de sus nidos.

“Yo llevé vellones de lana de raza autóctona zamorana, con la que he estado trabajando últimamente, y aprendimos a carmenar, cardar, hilar… de una manera rudimentaria, porque la lana era para los pájaros, no para hacer ropa, y lo que había es que adaptar las fibras a las necesidades de las aves que las fueran a usar”.

Se trataba de mostrar la belleza e importancia de los vínculos entre las ovejas y las aves, a través de un instrumento y de unas prácticas tradicionales que se han ido perdiendo, como los usos domésticos de la lana. “Así que primero trabajamos la lana hasta llegar al punto del hilado con el uso… No queríamos hacer un hilo demasiado apretado, porque si no, los pájaros no podrían cogerlo…”, describe Susana.

A partir de ahí, también hubo sorpresas. “Con ramitas y restos de la poda de las viñas hicimos los husos de madera. Cada persona que participó fabricó al menos un huso y trabajó un poco la lana con las cardas y otros instrumentos que había sobre la mesa. Y de pronto… había ahí muchísima gente mayor; por ejemplo, un hombre de más de 80 años que sabía hacer un huso perfectamente, trabajando la madera, porque recordaba que cuando era joven ya hacía husos para su madre… Lo curioso es que todo eso estaba ahí latente, pero no se ha trasmitido a las siguientes generaciones”.

El taller, además de superdivertido, resultó todo un éxito. “No pudimos ni hacer fotos al final, con toda la gente, porque había tal jaleo allí montado que no dábamos abasto”, recuerda risueña. “Lo curioso es que toda esa gente mayor es consciente de que las ovejas antes iban dejando rastros de lana por ahí, entre la maleza, o en los troncos de los árboles contra los que se suelen rascar”.

2. El paseo, la instalación y… la prueba científica

Una semana después, un sábado de finales de marzo por la mañana, Susana citó a los participantes para dar un paseo por el Coto Fotográfico del pueblo y colocar los “husos vedijeros”, para que los pájaros pudieran coger de ahí la lana para sus nidos, coincidiendo con el Día de las Vías Pecuarias y los Caminos Públicos (que busca concienciar a la ciudadanía sobre la importancia estas vías y caminos, y la necesidad de su catalogación, defensa y conservación), ya que además hay dos vías pecuarias que atraviesan Gordoncillo, que son la Vereda de la Unión y la Colada Zamorana.

Se invitó también al paseo a Manuel Antonio González, biólogo y documentalista leonés experto en aves y promotor de la productora “Más que pájaros”, que también se dedica a la consultoría y al ecoturismo ambiental. Uno de sus audiovisuales más recientes, que dirigió junto con la también bióloga Beatriz Blanco-Fontao, precisamente se titula Páxaros. Los Nombres Leoneses de las Aves, y en él se ennumera una lista de estos animales, en leonés, intercalándolo con dichos, versos y refranes. La pieza, de 13 minutos, se pudo ver en 2022 en Gordoncillo y está basada de una investigación del Grupo Ibérico de Anillamiento (GIA) que, en los años 90, realizó la Enciclopedia de las aves de León.

“Durante el paseo buscamos algunos puntos en esas dos vías pecuarias, y nos adentramos en el Coto Fotografico por la ruta ornitológica de Gordoncillo, para instalar nuestros ‘husos’ y ofrecer las ‘vedijas’ a los pájaros que, en esas fechas de finales de marzo, construyen sus nidos. Y Manuel, además de comentarnos un montón de cosas, de esas que como buen biólogo sabe, puescolocó, en uno de los puntos, una cámara de las que saltan y hacen fotos cuando detectan movimiento, por lo que, además, tenemos imágenes de los pajaritos cogiendo la lana, es decir, tenemos constancia, y la prueba científica, de que los pájaros han utilizado la lana que les dejamos”.

“Vino poca gente al paseo, y nos dimos cuenta también de que en un pueblo hay que programar las cosas los sábados por la tarde, porque los sábados por la mañana todo el mundo tiene otras cosas que hacer”, nos comenta Susana, cuando se pone a resumir aquellas jornadas que tan buen poso dejaron.

3. Pieza sonora sobre las ‘aves vedijeras’

“A la vez que íbamos haciendo todo esto, yo he ido grabando por el campo, por el coto fotográfico, fundamentalmente en la zona donde colocamos los husos. Tengo un montón de horas de grabación, recogidas durante esos días y durante las noches”, cuenta Susana. Al final, acabó por montar una pieza de 17 minutos que dividió en tres partes: Marzo, Noche y Mayo-Junio.

La pieza se presentó el 18 de junio de 2023 en el MIHACALE, en una jornada de convivencia con las familias del AMPA de Valderas, muchas de ellas participantes del taller.

“Lo que se puede oír en esa grabación no es el efecto de colocar los husos, porque eso, para oírlo, habría que estar haciéndolo durante años. Y esto es un gesto más poético, para intentar percibir cómo nos relacionamos con otros seres vivientes en los entornos que habitamos. Es decir, que no es un proyecto científico, que requeriría muchos años de investigación y observación. Se trata de escuchar a las aves vedijeras que van Gordoncillo a reproducirse y que podrían utilizar esas lanas para construir sus nidos”.

¿Qué se escucha en esa pieza? “Sobre todo la diferencia tan grande que hay entre marzo y mayo-junio, cómo en dos meses el paisaje sonoro cambia completamente”, explica Susana. “En Marzo se escuchan las primeras aves que empiezan con el cortejo, como las perdices, el cuco es muy protagonista, también los milanos… En Noche se escucha a los autillos, las ranas (sobre todo una noche que llovió), los ruiseñores… Y luego ya, en la última parte, Mayo-Junio, es un jolgorio, porque se escucha de todo, sobre todo crías y volantones que llaman la atención de sus progenitores para que les den de comer”.

El día de la presentación se colocaron cuatro altavoces alrededor de los participantes, para que pudieran escucharlo casi en un proceso inmersivo, y Susana utilizó además un programa de análisis de espectro que permite ver dibujado el canto de los pájaros.

“Ha sido muy bonito poder hacer todo esto en un lugar privilegiado como Gordoncillo, por la cantidad de aves que acoge, hay que cuidarlo muchísimo. Estoy muy contenta con el resultado y con toda la gente que he conocido”, nos comenta, a modo de valoración, antes de extenderse en la ennumeración de las aves que pueblan el entorno, además de las ya citadas: “Abejarrucos, jilgueros, carboneros, distintos córvidos, ruiseñor bastardo, cernícalos, aguilucho cenizo, abubillas, estorninos, vencejos, muchos tipos de mosquiteros, autillos, abubillas, milano real y milano negro…”.

Pieza sonora: Vedijeras – Primavera en Gordoncillo. Susana Jiménez Carmona

Texto: Eloisa Otero

 El ciclo Conexión Primavera en el que se enmarca ‘Metid@s en harina’ cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura y Deporte en colaboración con la Junta de Castilla y León. Está integrado en el Plan de recuperación y los fondos Next Generation de la Unión Europea, que busca desarrollar el sector cultural más allá de los núcleos urbanos.