LA HISTORIA DE LA ANTIGUA FÁBRICA DE HARINAS
Nuestra sede es la antigua fábrica de harinas ‘Marina Luz’, que estuvo en funcionamiento desde 1936 hasta 1965. Esta pequeña industria dinamizó la economía local y se reconstruyó tras un incendio en 1944 con la ayuda de la multinacional suiza Bühler. Cerró en los años 60 con la crisis del sector.
El Ayuntamiento de Gordoncillo adquirió en 2005 los terrenos y edificios de la sociedad Harino-Panadera para proteger su patrimonio y evitar su deterioro. El proyecto de rehabilitación del arquitecto Carlos Clemente San Román permitió convertir La Panera en auditorio y sala de exposiciones, y la Fábrica de Harinas en Museo de la Industria Harinera. El patio cubierto también fue reconstruido para albergar la colección de maquinaria de molinería.
EL MUSEO
La Fábrica de Harinas presenta una arquitectura sencilla, influenciada por los estilos Bauhaus y Racionalista. El edificio tiene tres alturas y se accede a través del patio interior, donde se encuentra la entrada principal. Cada planta es diáfana y tiene una superficie de unos 100m2.
Al bloque mayoritario de máquinas de la casa Bühler – instaladora de la fábrica tras el incendio de 1944 – se ha añadido un grupo importante de la marca Daverio, maquinaria adquirida en harineras de Zamora y Salamanca. Ambos fabricantes Bühler y Daverio son originarios de Suiza y fueron los principales montadores europeos de industrias harineras a lo largo del siglo XX.
A ellas se añaden máquinas de las casas Robinson y EMSA y se completa con otra veintena de máquinas y accesorios que se exhiben en la nave cubierta del patio.
LA PANERA: AUDITORIO Y SALA DE EXPOSICIONES
Uno de los principales edificios a poner en valor dentro del proyecto ha sido La Panera o granero (almacén de trigo y harina). Esta impresionante construcción, de dos pisos y que alcanza los 9 m de altura, se levantó entre los años 1937 y 1938.
Se construyó mediante muros de tapial (tierra apisonada). El forjado y la cubierta se realizaron con vigas y viguetas de madera de chopo de las riveras del río Cea. Destaca la cubierta, dispuesta a cuatro aguaguas y revestida con teja curva.
La planta baja, con una altura útil interior de 4,10m, se dividía en tres celdas para almacenar distintos cereales y tenía una capacidad máxima de almacenamiento de 9.200 m3 de grano. En el periodo de intervención triguera estatal, fue arrendada por el Servicio Nacional del Trigo y empleada como “panera comarcal”.
Actualmente esta planta acoge el Auditorio o Salón de Actos, con capacidad para 300 espectadores. Ha sido dotado con una caja escénica y camerinos, ambos espacios de nueva edificación adosados al edificio original, aprovechando la esquina derrumbada. La construcción y los nuevos muros se han levantado con tierra cruda, mediante fábricas de tapial o de adobe, integrándose con la construcción primitiva y manteniendo su cubierta de madera tejada. Además, la planta baja alberga el centro de recepción de visitantes al museo y el “aula del trigo”.
El piso superior, diáfano y con una excelente ventilación gracias a sus numerosas ventanas, fue utilizado como almacén de la producción de la fábrica y especialmente diseñado para la preservación de la harina. Aquí se ubica la sala de exposiciones temporales, que se distingue por mantener vistos los muros de tierra y por su maravillosa techumbre.